El fútbol de Ecuador vive horas de conmoción con la detención de Gabriel Cortéz, futbolista de Barcelona de Guayaquil y goleador del torneo local. El deportista es acusado de integrar una banda criminal de Esmeraldas, provincia costera fronteriza con Colombia.
El futbolista de 26 años anotó siete goles en las primeras 9 jornadas de la liga local de Ecuador pero fue detenido por la policía en un operativo.
A su vez, el club ecuatoriano disputa la Copa Sudamericana donde comparte grupo con Lanús (Argentina), Metropolitanos (Venezuela) y Montevideo Wanderers (Uruguay).
Según indicó el ministro del Interior de ese país, Patricio Carrillo, Gabriel Cortéz «ordenaba y recibía la información respecto a las personas que los sicarios» habían asesinado.
Tras conocerse la detención del goleador, desde Barcelona de Guayaquil emitieron un comunicado oficial desligándose de cualquier responsabilidad o complicidad en los presuntos delitos cometidos por el futbolista.
«Barcelona Sporting Club, ante los hechos públicos acontecidos con uno de sus jugadores, respetará las diligencias e investigaciones realizadas por los órganos de justicia. A su vez, hace hincapié en que las actividades realizadas en el ámbito privado por sus jugadores, empleados y directivos, son ajenas a la institución y por tanto no existe responsabilidad alguna del Club», expresaron.
Y añaden: «Continuaremos vigilantes del proceso y esperaremos las resoluciones que tome la Función Judicial, a fin de tomar las medidas que correspondan en el momento oportuno».
El operativo fue denominado «Operación Gran Impacto 10» y ejecutado por la Policía Nacional de Ecuador conjuntamente con la Fiscalía General del Estado contra la banda criminal denominada «Los Tiguerones».
A esta banda, las autoridades ecuatorianas les imputan los delitos de narcotráfico, terrorismo, asesinato, sicariato, extorsión, tráfico ilícito de armas y de municiones explosivos.
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