Marcelo Bielsa y una fuerte autocrítica: el entrenador de la Selección de Uruguay brindó una conferencia de prensa tras los rumores de su salida.
Marcelo Bielsa y una fuerte autocrítica
—¿Se planteó dar un paso al costado?
—Tengo la misma fuerza desde el primer día para seguir con la Selección hasta el Mundial. Si en algún momento pensé que no debía continuar, no fue ahora.
—¿Qué le genera que se hable tanto de su continuidad? ¿Qué habló con los dirigentes?
—Perder 5 a 1 no es un episodio que pueda ignorarse. Lo que me genera es vergüenza: es un término para la intimidad, pero es así cuando se producen resultados de este tipo. Uno analiza en lo personal y después comparte las conclusiones. En relación con el presidente: tiene muchas inquietudes, las plantea y yo respondo.
—¿Qué es lo que tendría que cambiar?
—Cada vez que me hice responsable de lo que le pasaba al equipo, lo hice en serio. Escuché un mensaje de Arévalo Ríos diciendo que el cuerpo técnico se haga responsable. Yo nunca dejé de hacerlo. No pueden señalar un momento donde no haya asumido la responsabilidad de los malos resultados, como tampoco dije nada que me vinculara a los buenos. Es un lugar común decir “soy responsable de todo”, pero hay que explicar qué se hizo mal para que la frase tenga peso. Siempre me hice responsable de manera legítima y no engañosa, porque siempre detallé los errores que creo que cometí.
—¿Hubo comentarios de jugadores sobre su salida?
—Todos sabemos por qué se construyen trascendidos y qué intereses persiguen. Pero tengo contacto directo con los jugadores, y no puedo guiarme por rumores. Si quisieran que yo me fuera, vendrían y me lo dirían: “Mire, Bielsa, queremos que se vaya”. Las cosas son tan sencillas como la forma en que se transmiten. Yo doy toda mi energía, mi adhesión, mi esfuerzo y mis convicciones, pero los jugadores también me reclaman ganar, porque sino tanto esfuerzo se diluye. Ese reclamo es legítimo. Ahora, de ahí a decir que quieren que el entrenador se vaya, me parece que hay una distancia.

—¿Se siente cuestionado? ¿La AUF puede tomar una decisión?
—Conversé muchas horas con el presidente y la conclusión es que el proyecto sigue como está hasta el Mundial. Esa es la síntesis.
—¿Habrá cambios en el plan deportivo?
—Caras nuevas, no. Puede haber ausencias significativas, pero por lesiones. No veo figuras que aparezcan para resolver de inmediato. Generamos pocas situaciones de gol y marcamos poco. Pero ese es un problema del equipo, no solo de los delanteros. Antes de la Copa América generábamos muchas situaciones; en este último período la pelota no llega con claridad a tres cuartos de cancha para construir buenos ataques.
—Sobre las declaraciones de Luis Suárez…
—Suárez dijo lo que dijo y tuvo el efecto que tuvo. Nunca respondí públicamente, pero sí hablé internamente con los jugadores. No estamos acostumbrados —yo no lo estoy— a que ese tipo de reclamos se hagan públicos. Pero no tengo rencor ni revanchismo. Si tengo que recordarlo, lo hago por lo que nos dio en la Copa América, donde nos ayudó a salir terceros. Para mí sí vale. Los jugadores pueden reclamar lo que no les gusta del entrenador, pero el reclamo tiene un lugar natural: si convivo con ellos, el reclamo tiene que llegarme a mí. No abrir la ventana de casa para que todos vean cómo peleamos.
Yo constantemente hago autocrítica y busco cómo mejorar sin dejar de ser yo mismo. En toda mi carrera fui valorado por los jugadores; en este caso recibí maltrato en el episodio con Suárez, pero no directamente de otros. El que conduce nunca revela las dificultades que tiene con cada uno. Cuando se usan voceros, trascendidos o intermediarios se pierde lo que garantiza la frontalidad.
Soy tímido, obsesivo, mecanizado; no me gusta el desorden y me incomoda ese escenario. Pero dentro de mi forma de ser siempre fui calificado positivamente donde conviví. Humanamente todavía no logré aceptación plena de este grupo. Y cuando uno llega a un lugar, las normas son las del lugar que lo recibe, sin dejar de ser uno mismo.
¿Por qué creo que soy responsable? Porque en los partidos frente a México y Estados Unidos jugamos a lo mismo: presionar en campo rival. Nuestro equipo corrió más e intensamente, eso dicen las mediciones. Correr mucho no es jugar bien, pero correr mucho asegura no jugar mal. Y si Uruguay corre como corrió y aun así no puede predominar, algo no está funcionando.


